Me encuentro frente a ti, explorando los misterios del universo y las profundidades del alma. En este viaje hacia la comprensión esotérica, hay un aspecto que resplandece con una luz única y poderosa: la energía sexual. Es un río sagrado que fluye entre dos seres, tejiendo hilos de conexión, vibración y consciencia.
Durante el acto íntimo, no solo compartimos nuestros cuerpos, sino que también intercambiamos vibraciones y energías. Cada respiración, cada toque, cada mirada es un intercambio mágico que nos permite sintonizarnos con la esencia misma del otro. Sin embargo, esta danza de energía requiere de consciencia y respeto.
La energía sexual es un don sagrado, una fuerza creativa que trasciende lo físico y se adentra en lo más profundo del ser. Pero debemos ser selectivos en su compartición. Si entregamos este regalo sin discernimiento, nos arriesgamos a contaminarnos con influencias negativas que pueden obstaculizar nuestro crecimiento espiritual y nuestro camino hacia la prosperidad.
El sexo casual, el uso del sexo como arma o la falta de conexión emocional y espiritual en una relación, todo esto puede llevarnos por caminos oscuros, donde las sombras se entrelazan con nuestra luz interior. Es por ello que debemos elegir con sabiduría a quienes permitimos entrar en nuestra intimidad, ya que cada encuentro deja una huella en nuestro ser.
Además, debemos ser conscientes de los portales que se abren durante el orgasmo. Estos portales son puertas hacia otras dimensiones, y como tales, pueden permitir la entrada de entidades negativas como íncubos y súcubos. Estas criaturas son parásitos energéticos que se alimentan de nuestras pasiones y deseos, dejando una marca oscura en nuestras almas.
Si alguna vez nos encontramos en una situación donde las energías de una relación pasada aún nos atan, es crucial cortar esos lazos energéticos. Liberar lo que fue dado, recuperar lo que fue tomado y restaurar nuestro equilibrio interno. Cada conexión, cada encuentro, deja una impresión en nuestro ser, y es nuestro deber limpiar nuestras energías para seguir adelante en nuestro camino hacia la plenitud y la abundancia.
Recuerda, querido buscador de la luz, que el camino hacia la verdadera conexión y la consciencia plena requiere de discernimiento y consciencia en cada paso que damos. Elige tus compañeros de viaje con sabiduría, y así, abrirás las puertas hacia un mundo de vibración, amor y consciencia.
Antes de despedirme te comparto un ritual para que puedas deshacerte del karma de la otra persona.
1. Inicia este proceso con un ejercicio de reflexión: tómate un momento para recordar todas las relaciones sexuales que has tenido hasta el día de hoy.
2. Una vez que tengas cada nombre presente en tu mente, pronúncialo en voz alta. Si alguno de los nombres no viene a tu memoria, visualízalo con sinceridad.
3. Mientras dices cada nombre, haz un nudo en un hilo rojo. Durante este acto, repite el siguiente mantra con sinceridad y paz interior: "Que nada de ti permanezca en mí, que nada de mí permanezca en ti. Gracias. Paz".
4. Procede a hacer un nudo por cada nombre mencionado, repitiendo el mantra con honestidad y la genuina intención de encontrar la paz con cada persona.
5. Una vez que hayas completado todos los nudos, enciende una vela y siéntate frente a ella en un lugar tranquilo.
6. Dirige un pensamiento lleno de bondad y deseos de salud y liberación espiritual hacia todas las personas cuyos nombres has recordado. Luego, quema el hilo en la llama de la vela.
7. Dedica unos minutos a meditar en la postura que te resulte más cómoda, permitiendo que la paz y la claridad llenen tu ser.
8. Una vez que hayas terminado tu meditación, apaga la vela y recoge los restos del hilo. Es importante que los deseches, sin guardarlos, simbolizando así la liberación completa de las energías atadas a esas relaciones pasadas.
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Que la luz guíe tu camino y la sabiduría ilumine tu alma en esta travesía hacia lo divino.